RIMA
LXXVII
Dices
que tienes corazón y sólo
lo
dices porque sientes sus latidos.
Eso
no es corazón...; es una máquina
que
al compás que se mueve hace ruido.
Un
día, como otro cualquiera, el se despertaba sin ganas de nada, como
anteriormente. Ella estaba traicionado, estaba desilusionado con la
chica que mas amaba en esos tiempos y por tanto, estaba en un
desamor.
Varios
días después, no quería ni levantarse de la cama, ella, le había
destrozado, lo había hundido, lo había vuelto a desilusionar, el no
entendía nada, ella le hacía feliz, pero a la vez, estaba en el
absoluto caos de su mente, y decidía siempre ir a verla, porque
repito, le hacía feliz su presencia. Siempre que iba a verla, ella
le hacía ilusiones, le decía lo mucho que le necesitaba y por tanto
el tenia una sonrisa de oreja a oreja. Una semana después, iba
andando por la calle mientras iba el, canturreando a por fruta,
cuando la vio, si, la vio con otro hombre, tan risueña, tan feliz.
Volvimos
a lo de siempre, ya le había vuelto a hacer daño, el no soportaba
tanto dolor, el se quedo en casa, no quería ir a verla, no quería
hablarle, no quería nada en esos instantes.
Mientras
estaba en casa, el se comía la cabeza a pensar qué pensaría tan
bella mujer, que es lo que querría en un futuro, porque hacia las
mismas cosas con varios hombres, si ella supiera el dolor que él
llevaba dentro. El decide mostrar los sentimientos a un amigo, para
pedir un gran consejo, para ver si él podía hacer algo por qué no
sufriera tanto.
El,
sin más coraje, se lo conto a su mujer, mejor amiga de ella, y como
bien sabemos, las mujeres nos solemos contar todo, y así fue. Tal
bella dama se sentía confundida, se sentía mal por saber que un
hombre sentía tan gran amor por ella, pero ella juro, no perder tal
amistad con el.
El
se entero de tal engaño por parte de su amigo, y no quería saber
nada, absolutamente de nadie, murió por desamor.
(Ahora vendría la
rima)
Espero que os guste:)
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